Nuestra sociedad se está transformando ahora mismo debido a la creciente conectividad digital. La conectividad es la interconexión digital de individuos, cosas, máquinas, dispositivos y empresas.
Esta megatendencia de revolución digital tiene un impacto en todos los ámbitos de la vida. Está cambiando nuestros estilos de vida y nuestro comportamiento y, por tanto, también los mundos laborales y los modelos empresariales.
El desarrollo de redes gigantescas de crecimiento infinito son parte de la revolución industrial.
Las relaciones siempre han sido un factor importante para el éxito empresarial. En la era digital, este argumento gana en importancia porque la digitalización está abriendo una multitud de nuevas posibilidades de comunicación. La red crece continuamente. Desde las redes sociales hasta las soluciones en la nube. Pero sobre todo, la velocidad y la complejidad aumentan con la creciente conectividad.
El fin de la acción autónoma
La revolución digital requiere de infraestructuras digitales que cambian el marco del éxito empresarial.
Los antiguos competidores se convierten en socios, los clientes y las empresas ya no están estrictamente separados, sino que interactúan. Por ejemplo, los consumidores pueden participar en el diseño de nuevos productos. La palabra de moda "compartir" no se limita a la creación de redes, sino también a la llamada "economía colaborativa".
Participar en los nuevos ecosistemas digitales
El crecimiento de las infraestructuras digitales forma una parte clave de la revolución digital. Se están fomentando nuevos ecosistemas digitales. Por ejemplo, la generación de dinero. Las plataformas digitales pueden utilizarse para hacer realidad la financiación o las ideas de las empresas. Pero las criptomonedas también están en alza. Al mismo tiempo, estos nuevos ecosistemas exigen una nueva mentalidad para participar en ellos.
La conectividad ofrece nuevas oportunidades a las mentes creativas que se incorporan activamente a la revolución digital
La conectividad digital está cambiando los modelos de trabajo tradicionales. Las personas ya no están atadas a un lugar de trabajo fijo. La conectividad digital en todo el mundo aumenta el potencial de empresarios y empleados. Puede participar en empresas y proyectos independientemente de su ubicación. Es posible comunicarse y trabajar con los demás desde cualquier lugar y en cualquier momento. La oficina en casa es sólo el principio de la oficina global. Muchas empresas nuevas ya no necesitan una sede social. Las empresas digitales dependen de las infraestructuras digitales. Esto conduce a modelos de negocio completamente nuevos. Sólo hay que ver qué empresas están en la cima de las diferentes industrias hoy en día.
El tamaño de la empresa ya no es tan importante
Con la revolución digital y la conectividad, surgen nuevos roles dentro de las redes. Incluso como pequeña empresa, puede participar visiblemente en la competencia mundial. Esto era completamente impensable en el mundo analógico. Por ejemplo, la sede de una empresa ya no es tan importante y da igualdad de derechos en el escenario mundial a las empresas que antes operaban fuera de las áreas metropolitanas. Con la idea, los conocimientos y la competencia adecuados, las PYME y las UPE pueden convertirse en actores elementales que no se dejan dictar por las grandes empresas, sino que asumen valiosas posiciones de poder dentro de las cadenas de valor.
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